miércoles, 31 de diciembre de 2014
Acerca de la violencia de género
por Liliana Mizrahi
vivimos en una sociedad, en una cultura que no se espanta de los femicidios que se acumulan. cuerpos de mujeres muertas, quemadas, desangradas, abandonadas, no atendidas, no protegidas.
no es bueno nuestro lugar en el mundo. la lucha continúa y continuará. no va a ser fácil salir de esa violencia generalizada, donde existe un permiso para agredir mujeres. no sólo sus parejas, sus familiares, sus maestros. sus médicos, empujar o gritarle a una mujer en público, casi hasta hacerla caer, no merece que nadie se moleste en poner un límite al agresor. nada de nada.
se puede agredir a las mujeres. se puede violarlas, pegarles, quemarlas, dejarlas tiradas, matarlas.
¿porqué será? que nos tienen tanto odio, tanta bronca, tanta envidia.
estoy asombrada aunque no debería. estoy asombrada como muchos hombres tratan la violencia hacia la mujer. la trivializan. la banalizan. la disculpan. la justifican. la miran sin opinión alguna. creen en la violencia cuando se trata de un trompada, de una patada, pero de la violencia moral, psicológica, del abuso y del acoso, no lo entienden
un médico llegó a decirme ¿quién entiende a las mujeres?
la violencia a la mujer es primaria, empieza con el comienzo de la humanidad. no va a ser fácil erradicarla, para eso necesitamos un cambio de mentalidad, en mujeres y en hombres.
yo creo, a pesar de todas las críticas que recibo, que las mujeres deben ser educadas en el concepto de que tienen que aprender y saber defenderse. eso nos va a fortalecer. tenemos miedo de lo que supuestamente vamos a perder si nos defendemos. entonces aceptamos malas conductas, agresivas de nuestros propios hijos/hijas, tragamos vidrio. aceptamos malas conductas por lo violentas conductas de varones que entran en una cultura que avala la violencia hacia la mujer.
los varones nos tienen envidia. es una hipótesis, envidian nuestra capacidad de cambio. nuestra capacidad de gestar, parir, amamantar, criar, crear. Envidian nuestro cuerpo.
y los que transitan y habitan esas violencias no ví que recibieran ningún límite de nadie.
"Es entre ellos, no te metas donde nadie te llamó". los vecinos, el portero, la gente del barrio, todos saben dónde hay violencia, pero nadie se mete. son observadores no participantes. ajenos. individualistas.
esto es penoso y peligroso. terminamos el año con un alto nivel de femicidios y otras violencia.
escuché respuestas de varones inteligentes, formados, supuestamente sensibles, como por ejemplo:
Tanto lío por esto!
! qué exagerada que sos no es para tanto!
! no te digo que sos loca, loca de remate!!
la escena se invierte, se da vuelta, cambian la escena y el lugar protagónico lo conquista el agresor aparece sorprendido por la respuesta agresiva de la mujer y la desdice, no la ratifica, no la legitima, no hay introspección, no hay disculpas, no hay autocrítica. y la reacción de la mujer le parece desproporcionada, ajena, es una loca suelta. disocia disocia, separa, lo que está unido lo separa como cosas distintas. no se indignan.
creo que va a llevar generaciones erradicar la violencia. cuando alguien varón mujer, no responde a la violencia, no se defiende, no le pone límites al otro, todo puede pasar. qué pena no?
Liliana Mizrahi. 31 de diciembre 2014
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